Viste la cama abierta y, sobre ella
la silueta hundida de tu cuerpo
bordeando los como nunca fríos
recodos de las sábanas. Mirabas,
a través de los ojos indolentes
de tu retrato, la apariencia ajena
que envolvía las cosas, con asombro
de mimo ante el cristal, con esa angustia
que precede a una herida, recabando
senãles de tu paso en cada objecto
reconocible, la medida exacta
de esa presencia ingrávida, total
con que faltabas. Pero no eras tú
sino lo que de ti buscaba el sueño.
- Javier Cano, El idioma de Adán, Visor Libros.
Com um agradecimento à Ana, por me ter dado a conhecer este poeta espanhol.
Fico contente por ter gostado. A fotografia foi muito bem escolhida!
ResponderEliminar